El erotismo y las formas del fracaso / ESTELA SMANIA

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El paso del tiempo sobre las vidas y los cuerpos, el amor, la soledad y el erotismo en la vejez, las tensiones familiares y las formas sutiles que adopta el fracaso, constituyen el territorio predilecto de las ficciones de Estela Smania. Su conocimiento refinado de la primera persona construye relatos psicológicos inquietantes, que tensionan los límites de lo establecido.

Nació en Paraná, a los diecisiete años se radicó en Córdoba donde estudió periodismo y en su Universidad Nacional se graduó como abogada y notaria. Fue secretaria de redacción y directora de importantes revistas jurídicas, autora y conductora de ciclos radiales, tiene intensa actividad como narradora y poeta y es una autora insoslayable en la literatura infantil de nuestro país. Publicó las novelas Bien demás (Municipalidad de Córdoba, 1993) reeditada como Los Malaventurados (Del Boulevard, 2000), La conjetura (Simurg, 2005) y La última puerta(Alción, 2004/Edizioni Gorée, 2009), el libro de cuentos Triste Eros (Alción, 2003), y los poemarios Otoño (Lerner, 1986), Intemperie ( Argos, 1999), Epistolario (Babel, 2010) y la plaqueta Piedra Menuda, poemas suyos integran la antología Poetesse d’Argentina (Tullio Pironti Editori, 2006). Su narrativa destinada a niños y jóvenes incluye las novelas Pido Gancho I (Sudamericana,1991) y Pido Gancho II (Sudamericana,1993) que relatan los sinsabores de una adolescente adoptada y Bajo siete llaves (Comunicarte, 2006) y libros de cuentos comoCambalache (Libros del Quirquincho, 1989), Día de visitas (Colihue, 1990), La noche de los ruidos (Sudamericana, 2001), Girasol al sol (e.d.b. 2004), ¡Ay Renata! (Sudamericana, 2004),El niño que perdió su nombre (Comunicarte, 2004) y Cola de león, cola de ratón (Sudamericana, 2010), entre otros. Obtuvo los premios Luis de Tejeda, Leopoldo Lugones, fue finalista de Casa de las Américas y en tres ocasiones el premio Sebastián Tallon de literatura infantil. Formó parte del Proyecto Decamerón cordobés que en trabajo colectivo editó diez libros de cuentos en cuatro volúmenes (Babel, 2006-2008). Su cuento Perfiles, traducido al alemán, fue incluido en la antología Narradoras Argentinas preparada para la Feria de Frankfurt 2010.

Ella dijo

El hombre y la mujer y los niños son mis mejores paisajes. Me gusta mirarlos, detenerme sobre ellos, observarlos a fondo. Son mi objeto de contemplación como para otros lo es el mar o la montaña. Este acto de conocimiento siempre me acerca un tanto a la imposible tarea del autoconocimiento. ¿Qué otra cosa es en definitiva escribir, sino buscarse?

…si tuviera que describir el proceso diría que casi siempre la escritura es para mí, un ir y volver del acierto al error y viceversa. Se trata de un sendero sinuoso, angosto, desconocido, lleno de promesas y carente de certezas. La única meta deseable es ser fiel a uno mismo, reflejar en lo posible lo que de una u otra forma les pertenece a todos los seres humanos.(Entrevista realizada por Edoardo Balletta, Universidad de Bolonia).

Se dijo de ella
…atrapa el interés del lector, lo agarra en el puño férreo y delicioso de una escritura que deja ver al mismo tiempo la dicha de la vida y su propio espanto. La imaginación recrea un banquete o un amor escabroso, fantasmas del erotismo o los pasos conmovedores de la locura o del fin. Siempre, la inteligencia y una sensibilidad tan intensa como descarnada consiguen pulverizar los límites de la realidad para desembocar en un espacio donde todas las cartas están jugadas. Esta apuesta, este riesgo asumido, hacen de los relatos de Estela Smania un puro hallazgo. Juan Martini.

…la prosa clara y precisa de Estela Smania atrapa al lector y lo conduce con paso firme a través de una ficción que trasciende lo cotidiano para rescatar la palabra de la pérdida o el olvido. Liliana Tozzi.

Cosí se é vero che il lettote/trice non ha alla fine di L’ultima porta la consolazione di conoscere la veritá sull’assassino della Negra, ha peró appreso che la scrttura per Estela Smania é una forma di conoscenza per comprendere meglio se stessi e gli altri. In questo caso l’oggetto della sua penetrante analisi é stata la vecchiaia, che, per la sua estrema complessitá, rappresenta ancora oggi per molti versi “un continente inesplorato”. Vita Fortunati. Prólogo a la edición italiana de La Ultima Puerta.

Hoy viene mamita

“Yo te barrí con una escoba negra...” Olga Orozco

Sofía te contesta que sí, que hoy es domingo. Y domingo quiere decir para vos, día de visitas. Mamá, mamita, repetís, y lo repetís para que esa palabra te endulce la boca y para que esperar se te haga más fácil. Esperar a que sean las tres implica moverte todo el tiempo, para no ver, para no oír, para sentir que son ajenos los olores y el frío. Se te da por pensar cuando te acostás y el frío no te deja dormir que tu mamá te dejó, enojada por aquella vez que le rompiste ese collar de perlas de varias vueltas que usaba cuando iba al teatro con tu papá. Tu mamá se puso como loca esa noche, y te retaba: Sos una niña mala Julia, muy mala. Seguramente no bastó que le besaras las manos y le pidieras perdón, porque tu mamá te trajo a este lugar y te dejó al cuidado de la gorda Sofía.

Después de dar cincuenta vueltas a la mesa del comedor ( las contás cada vez que llegás a una mancha oscura y antigua) y de conseguir que todo a tu alrededor se quede en silencio, te acercás a la ventana chica, con rejas, que apenas te permite mirar hacia afuera. Y afuera está lindo, lo sabés porque tocás el vidrio con la nariz y lo sentís tibio. Echás vapor por la boca y dibujás tu nombre, y al lado de tu nombre un sol como el que brilla en alguna parte, lejos de tus ojos. No te pensarás quedar allí todo el día, dice Sofía, falta mucho para las tres. ¿Mucho como cuánto?, querés saber, pero Sofía ya te arrastra hasta la sala donde las otras miran televisión. Le sacás la lengua, la maldecís, hasta que te amenaza: Cuando venga le cuento que te orinás. Y vos, que tenés vergüenza de que tu mamá se entere de que todavía mojás la cama, te sentás obediente, y allí te quedás imaginando cosas terribles para Sofía: que se le deshaga ese peinado tan prolijito que le sobresale, apenas, debajo de la cofia, que pierda los anteojos. Vos también tenés cosas para contarle a tu mamá cuando venga. Le vas a contar, esta vez sí le vas a contar, que Sofía te roba los chocolates, que te da un chirlo cada vez que te encuentra mojada, que te obliga a comer la polenta grumosa y sin sal, que por las noches, cuando se apagan las luces y las estufas, te morís de frío, y que cuando el frío se te mete en los huesos, tosés y te orinás y cantás hasta quedarte dormida: Yo soy Julia y Julia tiene una casa y la casa tiene un patio y el patio tiene una oveja y la oveja tiene lana y la lana es tibia, tibia. Pensás en el abrigo de piel que traerá tu mamá cuando venga y en su olor a perfume, porque hoy es domingo, y los domingos ella huele a flores y ese olor se te queda prendido en las manos, en todo el cuerpo, cuando ya no está. Mamita huele lindo, te decís, ¿o se lo decís a Sofía?, no como todo en este lugar, que huele a remedios, a orines, a polenta. También vas a contarle, y estás segura de que tu mamá se va a horrorizar, que don Amílcar anda siempre persiguiéndote, a vos y a las otras, y que cuando Sofía desaparece se abre la bragueta y muestra su pito; un pito que le cuelga chiquito y triste, y que vos gritás, y que gritan las otras, y que Sofía llega y también grita: Viejo asqueroso.

Comés un poco de polenta para que no te dejen sin postre, te metés en la cama y fingís dormir la siesta. Cuando te levantás ya son las tres. Te han cambiado la bombacha, te han peinado, y te han dado unos pellizcos en las mejillas para que aparezcás menos pálida.

A las tres y media, alcanzás a ver a tu mamá por la ventana. Baja de un auto blanco, hermosa y apurada cruza el jardín de la entrada con su saco de piel y un paquete en las manos, donde, seguramente, te alegrás, vienen los chocolates. Sofía le abre la puerta y dice antes de saludar, antes de que podás hacer nada: Su mamá no se ha portado nada bien esta semana, señora Carola, dice, mírela, se hace la nena. Y dice: Apenas si come y no quiere estar con las otras abuelas. Y vos Julia, vos, te abalanzás sobre Carola, te aferrás a su pollera, y allí te quedás, oliéndola.

De Triste Eros (Alción, 2003)

Más sobre Estela Smania en www.estelasmania.com.ar


para ver la nota en el diario La Capital de Rosario hacer click acá

8 comentarios to “El erotismo y las formas del fracaso / ESTELA SMANIA”

  • 03 noviembre, 2010 09:52
    Anónimo says:

    Estimada Stela. soy nueva aquí en el portal. No sabía de sus escritos. Recién leo su biografía literaria. Espero poder tener algún libro suyo para disfrutarlo como dicen los demás miembros de este portal. Soy profesora básica, pero sin ejercer la profesión, sin embargo, la he direccionado hacia la escritura. Tengo dos publicaciones de poemas en general, más dedicado a los adultos. Trabajo actualmente un libro de cuento infantil y es por eso mi búsqueda en portales de la internet. Me encontré con ustedes y espero poder compartir experiencias y comentarios.

  • 09 noviembre, 2010 20:35
    andrea guiu says:

    Bien por la puesta en valor de la palabra de Estela, exquisita escritora y ser humano. Cariños!

  • 12 noviembre, 2010 20:07

    Merecido homenaje a esta hacedora de la palabra .Bello y conmovedor el cuento.Gracias Tere por este regalo Un abrazo a las dos

  • 13 noviembre, 2010 20:44
    Anónimo says:

    Quiero mucho a Estela Smania, tal vez porque su simpleza es el espejo de sus cuentos. Y hay tanta cosa verídica, natural, cotidiana en los detalles, en esos lapsos de tiempo que desatan sus palabras, que el placer de leerla toma volumen, agranda los ojos con sus imágenes. Me encanta este espacio dedicado a narradoras.
    Un abrazo a las dos.

    Lily Chavez

  • 14 noviembre, 2010 22:07
    Anónimo says:

    Lily, te agradezco que me pasaras esta página para que leyera. Me lloré todo con ese cuento. Las palabras que Estela dice y lo que dicen de ella, una delicia.Muy bueno, felicitar a María Teresa Andrueto por ocuparse de las narradoras.

    Eloisa Bertello

  • 20 enero, 2011 16:39
    Marina Boato says:

    Maria Teresa; te conocí hace mucho, y me alegra reencontrarte en este blog, es hermoso este blog, es hermoso que rescate a estas narradoras. Me conmovio el cuento y te agradezco tu capacidad de compartit la belleza.

  • 15 marzo, 2011 00:13
    Susana Castro says:

    Precioso!. la verdad me llenó de una extraña sensación que caló en el alma ante la belleza del relato y lo terrible de la historia.
    Gracias Tere por permitirnos disfrutarlo!

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